¿Quién no ha sentido alguna vez la sensación que provoca una caricia? ¿Se ha preguntado alguna vez por qué y cómo se produce?
Nuestra piel está poblada de un gran número de terminaciones nerviosas llamadas exteroceptores. Éstas son las que transmiten al cerebro la información táctil, térmica y de dolor que se produce en la piel.
La piel es una verdadera herramienta de conocimiento, y los estímulos táctiles nos permiten detectar y explorar las características de los “materiales” con los que entramos en contacto con extraordinaria precisión, a veces incluso mejor que lo que puede hacer la vista.
Una piel sana es un hábitat natural para que este tipo de sensibilidad pueda funcionar de forma óptima.
¿Tratamos siempre a nuestra piel en consecuencia?
Muchas veces nos da mensajes: se enrojece rápidamente, pica, tira. Reacciona en exceso a productos inadecuados, al sol, al frío, a una limpieza excesiva, sobre todo cuando, por constitución, es una piel fina, delicada y seca que tiende a descamarse.
¿Cómo responder a las señales que nos envía?
La respuesta es simple: cuidándola con los productos adecuados que permitan mantenerla sana e íntegra. Elicina Plus es el producto más adecuado de nuestra línea para tratar las necesidades de la piel sensible.
La crema base, en comparación con la crema Elicina, está enriquecida con componentes que aseguran un mayor aporte calmante.
Las epidermis frágiles necesitan un mayor aporte de hidratación y una nutrición más respetable. Las personas con piel sensible saben que la hidratación tiene que ser continua y abundante, y el efecto exfoliante y regenerador, prudente.
